Un toro, una vaca… una res brava, si puede te coge. Esto, es así y todos los aficionados a este bonito mundo lo sabemos, ¿por qué? Porque siempre nos viene de cara. ¿Correcto?.
Cerramos una temporada extraña, que empezó de la nada, y según palabras de muchos ganaderos, ha finalizado “no bien, pero si mejor de lo que muchos esperaban”. Y eso… que desgraciadamente ha habido algunos que no han podido abrir la tajadera de sus camiones para visitar esos pueblos de costumbre. Todo volverá. Todos estábamos huérfanos de festejos, hasta que por fin, y desgraciadamente no sabemos hasta cuando, la DGA mediante Decreto, informó y autorizó los Festejos Populares sin ningún tipo de restricción en la calle, algo, que se venía solicitando desde hacía meses.
Y volvió la calle… y hemos aprendido más bien poco, pero entiendo, que todos los que andamos cerca de esto, entendíamos que pasaría. Los aplausos a los ganaderos, no sirven de nada en Facebook, sino en la calle, respetando sus animales, y respetando el trabajo de personas que arrastran décadas de generaciones y de trabajo. Y si lo estás pensando al leer esto, no, “no están para eso”.
Siguen las trabas burocráticas, administrativas que siempre hemos tenido, pero sobre todo… sigue el “según dicen…”, el pantallazo de whatsapp de lo que uno le ha contado a otro, el “correveydile” que tanto y tan bien se ha dado en este mundo del festejo popular.
Yo, que siempre he sido optimista por naturaleza, he pensado que en la cultura y el raciocinio del ser humano reside la base de lo que toda persona puede y quiere ser en la vida. Con todo ello, me queda claro, o eso es lo que quiero pensar… que es imposible que hay gente que sea así porque quiere.
Solo quiero y deseo, que los niños puedan seguir jugando al toro, que los carretones inunden todas las “noches de fresca” de los pueblos, y que ese rugir del camión cuando aparece por la esquina de la carretera, nos haga volver a sentir esa carne de gallina, que resurge cuando después de múltiples gestiones y procedimientos administrativos, lo vuelves a ver aparecer en la esquina de cualquier pueblo.
Y lo demás, serán comentarios, dimes y diretes, que aportarán más bien poco a lo que es un mundo, que económicamente hablando aporta un flujo de dinero al mundo rural, que difícilmente puede ser reemplazado por cualquier otro evento sea del tipo que sea.
El campo, el toro, la vaca y el ganadero. Así empezó todo, y ese es el respeto que le debemos a todas esas personas que día tras día luchan porque sus animales, el día menos pensado, nos puedan sacar esa sonrisa y ese escalofrío. El toro, siempre fue mi afición, y por miedo, nunca cumpliré mi deseo de ponerme delante. Sin embargo dentro de lo que puedo, aporto y aportaré lo que esté a mi alcance. Con el firme deseo de profesionalizar y gestionar bajo mis principios, ayudando y buscando la excelencia, que es como siempre he gestionado todos mis trabajos.
Reflexiones y pensamientos, de algo… que seguro que entre todos podemos mejorar.
Por Alberto Joven Director Laboral y Administración en Torosocial Gestión CEO y Responsable del Área Laboral en Seico Consultores Director de Comunicación y Administración en Posiciona Tu Marca
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